Hace un par de días publiqué en instagram la frase “Perdonar es liberarse del veneno” y sé que ese es un tema que tiene mucha tela por cortar, por eso me animé a preguntarles si querían saber más al respecto y sus respuestas fueron muchas y diciendo que sí, por lo que decidí ir un paso más allá y les di la oportunidad de preguntarme lo que quisieran respecto a perdonar, por eso en este post desde mi visión, desde lo que he aprendido y vivido en mis 30 años de vida, comparto con ustedes algunas de las cosas que me han funcionado a mí en relación a eso.
¿Qué es perdonar? Primero lo primero, y es que hay muchas personas que defienden la idea de que perdonar es olvidar, hacer como dicen “borrón y cuenta nueva” y ya está, y no, la respuesta -desde mi parecer- es un rotundo ¡NO!, perdonar no significa simplemente tratar por todos los medios de olvidar el daño que nos han hecho, eso sería más bien un tipo de amnesia que auténticamente -a menos que tengamos una patología- no podemos conseguir. Perdonar -insisto para mí- significa más bien ser capaz de mirar la herida que nos han causado, sin sentir rencor, sin sentir que algo dentro sigue corroyendo nuestras vidas y no nos permite estar en PAZ.

¿Es fácil alcanzarlo? ¡NO! la respuesta sigue siendo no ¿Es posible para todos perdonar? aquí la cosa cambia, y la respuesta es SI. Todos sin excepción tenemos la capacidad de perdonar, y para ello he preparado 4 claves que pueden ser útiles a la hora de intentarlo:
🍀 No fuerces el perdón: nada que sea a la fuerza tiene buenos resultados, vive tu duelo, llora lo que tengas que llorar, drena tus emociones de la forma que tengas que drenarlo (sin hacerte daño por favor), intenta liberar todo el dolor, la rabia, la frustración que puedas sentir.
🍀 Busca sanar, no infectar: Imagina que el daño que te causaron provocó en ti una herida, esa herida abierta únicamente necesita ser sanada. Por ello, si comienzas a tocarla con una aguja, con el dedo, o no dejar de tocarla a cada momento, terminará infectándose y al infectarse creará sustancias que terminarán por pudrir la zona y por extender el daño en vez de sanarlo. Para poder sanar tu herida, te recomiendo que te hagas una pregunta clave ¿Qué puedo aprender de lo que me han hecho?
🍀 Lo que te han hecho no es tu responsabilidad: Normalmente caemos en la tentación de sentir culpa por lo que otros nos han hecho y nos preguntamos cosas cómo ¿qué he hecho yo para merecer esto? ¿por qué a mí? ¿qué hice para que esto me pasara? y lo único que puedo decir al respecto es que cada quien es responsable de las decisiones que toma. Lo que el otro haya decidido hacer no te pertenece a ti, le pertenece únicamente al otro. No es porque quiera herirte a ti, es porque realmente no se encuentra en integridad y está haciéndose daño a él mismo. No sé si me dé a entender lo suficiente, pero lo que el otro te haga o deje de hacer es más producto de lo que vive o ha vivido que de lo que tú has hecho o no.
🍀 El dolor es obligatorio, el sufrimiento es opcional: ¿Siempre que me hacen daño -especialmente alguien querido- me va a doler? ¡SI! te va a doler, somos humanos y es natural sentir dolor frente a las situaciones que de cierto modo nos afectan. El dolor de esa “herida” de la que te hablé antes, no puedes evitarlo, pero el sufrimiento constante si que puedes evitarlo; ¿cómo? sin duda, te puede ayudar aceptar que la herida es real y está allí, aceptar que no es tu culpa que te hayan hecho daño, aceptar que duele sin hurgar la herida, quiero decirte que de forma natural tu mente va a estar durante algún tiempo trayendo pensamientos negativos al respecto ¡No luches con ellos! dales amor… acéptalos sin juzgarlos, sin juzgarte, sin darles una óptica de “buenos” o de “malos”, simplemente acéptalos, y verás cómo al hacerlo puedes retomar dando un paso a la vez, la normalidad, la paz, la tranquilidad, sentirás como de a poco la herida empieza a sanar.
Cuando eres capaz de mirar la herida que te causaron, sentir sosiego, descubrir que aunque ha dolido también has aprendido, que eres ahora más fuerte, que puedes avanzar en lugar de estar rumiando sobre el mismo terreno de forma cíclica e incluso sentir que a partir de ahora eres una mejor persona ¡Enhorabuena! puedes estar segura que el auténtico perdón ha llegado a ti. Conclusión: Cuando el hecho de recordar lo vivido te proporciona más sabiduría que sufrimiento, estás en el camino del perdón.
Algo que va muy de la mano del poder perdonar es ser capaz de -en algún momento del proceso de sanación – colocarse en el lugar de la persona que hizo aquello que hoy por hoy te genera algún tipo de malestar, para que de este modo puedas encontrar alguna respuesta del por qué la persona actuó como lo hizo.

Sé que muchas veces podemos llegar a sentir que el mundo está conspirando en contra, cuando te sientas así recuerda que puedes drenar tus sentimientos, pero una vez que lo hagas estás en el deber de respirar profundo y ser capaz de tomar nuevamente las riendas de tu vida sin culpar a nadie, ni al universo, ni a tus padres, ni a tu pareja, ni a tus amigos, ni siquiera te culpes tú -incluso si parece que has tomado alguna decisión errónea- recuerda que las cosas están en perfecto orden y si algo no salió bien, debes reconocerlo, aceptarlo, perdonarte o pedir perdón y continuar. Duele, duele mucho, sobre todo cuando con nuestras decisiones dañamos a personas que queremos, pero tenemos siempre la oportunidad de enmendar las cosas y continuar. Llora, patalea, pelea contigo, pero luego perdónate, reconcíliate, ámate y mantente dispuesto a continuar, enfocado esta vez en hacer las cosas mejor. Cuando tenemos esa actitud parece que el universo vuelve a conspirar a nuestro favor pero la verdad, la única verdad es que somos creadores de nuestro propio andar, por lo que nuestra actitud toma un papel importante en nuestras vidas, ya que al hacernos conscientes de ello, todo, sin excepción empieza a cambiar, a mejorar, reafirmándonos que era un problema de percepción y de proyección de nosotros hacia el mundo y viceversa. Paz, solo deseo paz para ti.
¿Se puede perdonar todo? la respuesta es sí, quizás parezca complicado llegar a esa resolución pero como prueba de ello puedo enumerar un sinfín de casos reales que nos demuestran que el perdón es posible incluso en las circunstancias y actos más brutales.
Todo esto -insisto- lo comparto desde mi visión de las cosas, que puede parecer a algunos estar errada y a otros que sea correcta, no pretendo que crean lo que digo, pero sí que se puedan cuestionar al menos los puntos que toco en este post y lo puedan confrontar con lo que ustedes sienten, viven y piensan al respecto.
En otra oportunidad, me gustaría hablarles sobre el perdón y el amor propio, e incluso profundizar un poco más en el tema de perdonar. Ojalá pueda darles un poco de luz sobre esto y que puedan solventar alguna situación por la que estén pasando ahora mismo.
¡Eso sí! hay algo para mí en lo que no está permitido perdonar, y es que tu pareja compre pistachos -que tanto te gustan- pero ahora mismo no te apetecen 🤷♀️ y veas como los come uno a uno sin parar, sin pensar en que mañana tú vas a querer y no va a haber… Para ti ¿Qué es imperdonable? 😂
Me encanto
¡Gracias por comentar! Me alegra que te haya gustado🌸 ¡Un abrazo!
Gracias 💞
Gracias a ti por leer y tomarte un tiempo para comentar ¡bendiciones! 🌱🦋
Muy bueno gracias por compartirlo
Gracias a ti por estar aquí y dejar tu comentario ⭐💫🌷
Gracias, muy sabias tus palabras. D verdad espero y tengo fe que m ayudarán mucho. Pondré en práctica todo y cada uno d tus consejos.
¡Gracias a ti Doris! por lo que me escribes y por disponerte a trabajar en ti con tanta firmeza ⭐💫🌷¡Bendiciones!
Pondré en práctica sus consejos, prometido💕 que maravilla leer sus consejos mi querida Katherine Carrero 💕. MIL GRACIAS 😍😍
Graciaaaas a ti 💞 Espero que sean de mucha utilidad 🙂 ¡Un abrazo!